Ttienes ganas de llorar. Las rodillas duelen al moverlas. Los globos oculares arden y el nudo de la garganta se hace cada vez más grande. Los dedos están hinchados, tienes cicatrices que punzan y te hacen recordar el esfuerzo que haz hecho. El aire que respiras es insuficiente, te sofocan los pensamientos. Es inevitable, lloras tristemente recordando el pasado y el presente, quisieras no ser tu mismo pero estar conmigo de todas formas.
Estoy cansada de la historia que me ha tocado. Miro al futuro y sé que conozco ese camino, que ya lo he andado y que no me llena. Te duele el cuerpo, el corazón se acongoja por el cansancio que te embarga, por las faltas de todo lo que has necesitado y no ha estado para ti. Las pequeñas gotas caen constantes por tu mejilla mientras balbuceas.
Acostado, borracho y sucio; te encuentro bello hasta en el más mínimo detalle, quiero quitarte el dolor, arrancarte la tristeza de un solo tajo y tragar cada cicatriz. Tratas intensamente de comprender el hecho, la imagen que has visto y que nunca saldrá de mi mente, de tu mente; trato fuertemente de entender quién eres, quién soy, qué has hecho despertar en mi.
La confusión viene y va. Las heridas se curan y dejan aprendizajes. Los amigos se quedan cuando las cosas se ponen más oscuras. El amor es rudo cuando penetra, se funde y te transforma. Hay momentos para llorar, otros para bailar, otros para trabajar por lo que quieres, otros para recordar y entender. Hay amores que aman verdaderamente.
te amo
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