sábado, junio 14, 2008

Venitas de pollo

La figura alargada me mira, quieta y fria. No tengo certezas, pero lo único que pido es calma, la tripita me consuela. En el barrote horizontal mi figura alargada me recuerda a las quejas de una anciana, recuerdo aún. Entre borrones olvido, me dejo olvidar para hacer llegar la calma. Estas batas verdes me hacen pensar en que somos unos niños jugando a los fantasmas, tal vez. Ya no soy niña pero quiero aquí a mis papás. Dos, ochenta, cuatrocientas, cinco, una gota, otra y la tripita se deja llenar, me dejo, mientras cuento sin contar solo para sentir que el tiempo pasa y que falta poco.

-La comida! acomodese para que le ponga su charola-
- No, no. la de la 19 está en ayuno-

Así mejor, no quiero hacer en un cómodo después.

3 comentarios:

Freaka dijo...

y cuentas sin contar... el tiempo no pasa solo vez a los demás pasar.. por que el tiempo se detuvo en tu andar... un saludo.

Gomita de Naranja dijo...

Está usted bien?

Indigente Iletrado dijo...

Propongo que no den ropa de diseñador en las estancias hospitalarias, bastante jodido está uno ahí dentro como para que machaquen nuestro autoestima con esas batas que dejan el trasero descubierto.

Hay cosas peores que cagar en ese pedazo de plástica. En mi tierna pubertad, después de una operación, una enfermera me bañó. La primera persona del sexo de mi interés que me vio desnudo fue una pinche enfermera. Chale.

Libélulas tornasol

Libélulas tornasol
Creative Commons License